Guzt tiene la habilidad de saber qué decir cuando una dama está necesitada y quiere ver más allá del mundo que le entrega la rutinaria vida junto a su novio. Se lo guarda y se hace el tonto, pero sabe muy bien cómo hacer para que a las señoritas les incomode en demasía los choques eléctricos que experimentan cuando hablan con él. Ole a kilómetros de distancia el hambre de una noche de alcohol y pasión, viéndose como protagonista de la escena. Conoce bien las señales que despide la hembra en celo que ya no puede más de imaginárselo susurrándole al oído lo que quiere que le haga. Inclusive, para no cometer errores y hacer del acto un crimen perfecto, no se deja embaucar por la excitación y mueve con sutileza las piezas. El rey cree que la reina está protegida, pero es humano y tal característica lo hace caer.
El otro día llegó una conocida a su ventana de chat en feis. Se habían encontrado hace unos meses en una fiesta en las parcelas al norte de la ciudad.
"¿Te gustó mi hermana?" le preguntó.
"Nooo" contestó él "Está comprometida. Yo no soy de aquellos" dijo y bebió de su wisky.
Ella rió íronica y mientras bailaban se le acercó sensual, bajo la oscuridad que dejaban los vacíos de luz.
"Te conosco, Guzt" le dijo, penetrandole con la mirada y con las uñas en la espalda "Sé cómo eres"
Él esbozó una sonrisa, no por lo dicho, si no por lo que decía tras palabras.
Te conosco y eso me excita demasiado de ti.
"Tú no me conoces" le dijo Guzt al oído.
También sonrió cuando se abrió la ventana del chat en feis. De alguna forma u otra encontraba delicioso lo predecible que son las mujeres cuando desean algo y no tienen suficiente agua para apagarlo.
"¿Estás con alguién?" le preguntó ella.
"No" le contestó él "Estoy en mi época. Así que prefiero estar solo. Preocuparme de mí"
"Te gusta el picoteo"
"Siempre crees saber cosas de mí" le dijo Guzt "Es algo adrenalínico lo que estoy viviendo y eso me encanta"
"¿Pero cómo no estás con nadie? Si tú igual tirai arta pinta" le dijo la conocida.
Sabía que la frase era una carnada, con un gancho gangrenoso esperando a ser picado. Pero el terrorifico Guzt es demasiado inteligente. Analiza y elige con pinzas las palabras que tiene que decir. Apuñala y mata sin ninguna cuchilla.
"Gracias" le contestó sutilmente.
La conversación avanzó, desviándose hacia otros temas. Pero la hembra tiene hambre y en cualquier momento vuelve a por la presa. No demoró mucho.
"¿Cuandos nos vemos?"
"Cuando haya otro carrete" le dijo Guzt, preparándose para lanzar su carnada "Porque yo te invitaría a salir, pero no se puede"
"¿Por qué no?" saltó ella "Si yo puedo salir. No estoy muerta"
La cazadora se volvió presa y cayó en la trampa. Guzt sabía que si le decía que salieran esa misma noche, ella diría que sí. Le encantaban sus grandes y profundos ojos verdes, la línea que forma su boca al sonreír. La margarita en sus mejillas, mezcladas con el brillo de su rostro. La curva que se pronuncia hacía afuera cayendo a sus caderas. La forma en que sus pechos se mueven. Se remojó los labios. Fue en eso que apareció Dones.
"Ni se te ocurra"
"Ya llegó el saco güea" dijo molesto.
"El pololo de ella te tiene buena. Él espera los carretes de las parcelas para verte y tomarse un copete. Son una pareja feliz ¿Por qué te quieres meter ahí?"
"Porque tu novio me cae bien" escribió Dones, robandole el teclado a Guzt "A demás, ustedes son una pareja genial"
"Igual peleamos arto" contestó ella.
"¿Por qué no me dejai darle lo que quiere?" le dijo Guzt, en vista de la respuesta.
"Porque no es ético"
"No ético es meterse en la vida de los demás" le dijo, arrebatandole el teclado "Bueno, cuando estés enojada, yo te puedo quitar el estrés" escribió en la ventana.