domingo, 20 de febrero de 2011

Día 20: En caso de que Mueras

Simón, mi hermano de 9 años, es amante de las pulseras. Cuando fui a Tomé, me encargó un cuero, que no es nada más que un pedazo de cuero, existiendo una gran gama de colores. Lo llamé la tarde que pasé por una feria artesanal para preguntarle qué color quería para el cuero que me había encargado.
"Negro" me dijo.
En Los Vilos, en la artesa de la caleta, había un puesto que tenía pulseras con el nombre grabado en un pedazo de cuero café claro.
El pequeño albino, porque Simón es poseedor de una piel de un color blanco lechoso, le pidió los 500 pesos que costaba la chuchería a mi viejo y se compró la preciada pulsera.
Mientras yo se la amarraba, le pregunté:
"¿Es por si te pierdes?"
"No po'" dijo Ignacio "Si él se sabe su nombre. Es en caso de que muera" agregó sorpresivamente.

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