PARTE TRES
Entre el gran pedazo de humita y el kilo de tomate que había aportado, quedamos idiotas. La noche se hizo de todo el lugar y el concierto de la quinta banda orquestal de grillos de Hualqui se dejó sentir por todo el rededor. El camping estaba llenisimo cuando volvimos, dejándose ver carpas de sofisticada tecnología, parrillas copadas de carne jugosa y vehículos por doquier. No puedo mentir, deseamos en algún momento tener nuestra parrillita, un tenedor y un buen pedazo de lomo asandose sobre las brasas ardientes, un colchón y el inflador electrico que tenía el vecino, pero al rato decíamos "Aaaah.. filo. Total, venimos por una noche y cuando se va a acampar, se va a ACAMPAR"

"¿Por qué no cansa verlas?" le pregunté a Jack.
"Porque tienen magia" contestó.
Sonreí levemente. No creo que me haya visto.
"¿Te gustaría llegar haya arriba y ver como son o qué hay?" me preguntó de repente.
"No sé... ¿Tú?"
"No po'... si no perdería todo el misterio"
No hay comentarios:
Publicar un comentario