lunes, 21 de marzo de 2011

Día 33: Léeme la Mente

"Tiempo sin salir" le dijo Demian, entrando al baño.
"Ene tiempo sin salir po'" agregó Guzt, mientras que se hidrataba el pelo, observándose en el espejo. "Quiero puro salir"
"¿Te puedo acompañar?" le preguntó Demian.
"¿En serio?" Guzt sonrió extrañado. 
Demian era el único que se acercaba amistoso al que era el rebelde del grupo. Nunca se oponía a su actitud ágil e incisiva. Siempre apoyó su política de resurgimiento en los tiempos de oscuridad en los que se vio inmerso el grupo. Y nunca dudó en defender su persona cuando Karev y Dones lo atacan por su actuar.
Los tiempos ahora son diferentes. Habían sido semanas arduas por motivo del cambio de puesto en el trabajo y no se había sentido en toda su plenitud la luz del cambio sufrido por los cuatros. Estaban con las mentes despejadas. Habían vuelto al camino perdido. Ahora los objetivos estaban claros. Era tiempo de relajarse un poco.
"Vamos. Pero no te quiero como lapa. Hoy día quiero bailotear harto y no quiero que me andí espantando a las ladys" agregó riendo.
"Tú tranquilo. Yo voy a andar en la mía"
"Así me gusta, Demian. Bien obediente"

La disco elegida por Ester fue la Xsezo. Gutz había pisado por última vez aquel lugar en Mayo del año pasado, junto a Karev, Isabella y Jack. Ahora lo hacía en compañía de Demian, viendo el momento como un reencuentro con las cosas que alguna vez perdió.
"Muchos recuerdos" dijo Demian, mientras bebía de su Sprite.
"Pero aquí estamos" dijo Guzt, respirando profundo.
Habían nuevos aires. 
La pista de baile estaba convertida en una caja llena de cuerpos sudados y excitados moviéndose al son de la música, mezclados en alcohol y jolgorio. Tiempos de desenfrenos. Hombres y mujeres se rosaban para encender más el momento y nadie criticaba lo que hacía el de al lado. Era un tipo de liberación hipocrita, porque era difícil poder moverse con tanta gente revolviéndose a tu alrededor. Así que no quedaba más que acercarse hacia la compañera de baile. Pegarsele para que el resto no te pasara a llevar.
En eso la mirada de Guzt se topó con otra que no esperaba. Quitó la vista y siguió bailando. Sin embargo, seguía sintiendo la fuerte presencia de aquella mirada. Se despedía de los tiernos ojos de una mujer de cuerpo casi perfecto, piel morena y una envidiable altura. Su pelo castaño oscuro y liso se acostaba radiante sobre su espalda y su cintura se guardaba curvada dentro de sus apretados jeans.
"Hay sólo un problema" le dijo Demian a Guzt.
"Ya lo vi"
El problema era un tipo de la misma edad de él quizás, de mirada oscura y brazos fuertes. Era su novio, el cual la protegía y celaba demarcando una fuerte barrera a su alrededor.
"¿Quieres saber qué piensa?" le preguntó el vidente.
"Ojalá pudiera saber, porque no entiendo la insistencia de su mirar" contestó Guzt, cruzando fugaces miradas con la morena.
"Déjame entrar en ti y sabrás" sugirió Dones.
"Yo sabía que erai gay, güeón" bromeó Guzt.
"Deja de decir estupideces y relájate" le dijo y desapareció.
En eso Guzt escuchó miles de voces que casi lo obligaron a arrancar del lugar. Fingió que nada pasaba y siguió bailando con su compañera. El problema fue que el ruido dentro de su cabeza era demasiado; la música y los que parecían ser murmuros se mezclaban provenientes de todas las direcciones como viejas que protestaban pegandole a las cacerolas.
"Hacelos callar" le pidió a Demian.
El ruido desapareció. Sólo quedó el retumbante sonido de la música en el ambiente.
"Eran los pensamientos de las personas que están acá" dijo.
"Así es" respondió.
"¿Y porqué Karev no quiere de esto?" preguntó casi excitado por el momento.
"Porque no cree en mí" contestó con palabras un tanto oscurecidas "Ahora enfocate en la mente que quieres escuchar" 
Guzt siguió bailando, torciendo la cintura al bum de los bajos de la canción que sonaba. Su compañera no sabía que para él no existía.
"Deja de mirarlo" escuchó de repente. Era la mente de su observadora "Mira para otro lado. O por lo menos disimula... No tenía idea que vendría"
Aquello era verdad. Para muchos integrantes en el grupo era desconocida la información de que Guzt asistiría a la fiesta.
"Entonces no es primera vez que me mira"
"Parece que no"
"Voy a llegar a la casa. Bajaré el colchón y dormiremos ahí. Ojalá que nos vallamos rápido, para..."
Era la mente del novio. Bailaba cerca de ella, siempre cuidándola de que nadie se atreviera a acercarse. Dejaba sentir la sensación de que no la soltaría en toda la noche, imaginando a cada momento lo que le haría al llegar a casa. Tuvo que salir de su cabeza.
"Que está fuerte este güeá"
"Wuoooo"
"Por la chucha, me llegó la regla"
"Me quiero ir y este gil no se pega nunca la avispá"
"¿Cómo estará mi hijo?"
"Sería peligroso meterse con ella" le dijo Demian.
"Él igual mira. Debe cachar que lo estuve mirando" pensaba ella.
"¿Por qué cresta soy del gusto de las minas comprometidas? ¿No puede aparecer una sin compromiso? Una niña de sonrisa linda, que esté estudiando algo relacionado con comercio. No sé. Siempre es la misma güeá" dijo un muy apestado Guzt.

Al final igual hubo un momento de baile con ella y otro de conversación. Estudió algo relacionado con la rama de la psicología y tenía un nombre harto raro. Pero a Guzt no le importaba... tan sólo observaba su atractiva sonrisa y el ir y venir de su mirar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario