Existen dos tipos de personas que interfieren de forma negativa en las relaciones amorosas del resto. Están los que interfieren de forma maliciosa y están los que lo hacen sin querer queriendo. Ser del primer tipo es una decisión. Ser del segundo tipo es sólo cosa de coincidencia.
El sueño no era tanto, pero al otro día entraba a las 10 de la mañana a la pega. Retarme a estar de pies todo el día, un sábado de fin de mes, sin dormir nada la noche anterior, era un reto perdido antes de proponerlo. El carrete no se rendía a su muerte, así que le pedí a la mujer del anfitrión del departamento que no tenía luz, que me prestara una frazada para tirarme a dormir en la única cama con colchón que quedaba disponible. Me invitó a quedarme un rato más a compartir, pero me negué diciéndole que al otro día tenía que levantarme temprano si quería llegar a tiempo a Tottus y le mentí fingiéndole mucho cansancio y sueño. Me pasó un cubrecama blanco y me fui a acostar. Fue en eso cuando ella llegó.
Me había invitado hace unas dos semanas a tomar al Shopdog. Pero aún no éramos tan amigos como para salir a compartir historias y cerveza una tarde entera. Sin embargo el tiempo pasó y de algún modo, con diferentes intenciones, el lazo se afirmó y la confianza creció. Apareció la oportunidad de salir a carretear y acepté salir con ella. Sería entretenido internarme un poco más en su mundo y conocer en persona a los amigos que a veces nombraba, sumado al hecho de que hace mucho que no salía a tomar a un departamento con gente extraña.
Y ahí estaba. Sonreía un poco prisionera de toda la cerveza que habíamos tomado y del ron con coca que se sirvió al final en un jarro de litro.
“¿Te vas a acostar?” me preguntó.
“Necesito dormir” le dije, sabiendo hace muchas horas lo que iba a decir en ese momento.
“Si quieres te acompaño”
“No. Si yo igual estoy un poco cansada y mañana entramos temprano a trabajar” se excusó.
“Pero quieres seguir carreteando. Anda. En serio que yo puedo dormir aquí, solo”
“Es que también me quiero acostar” dijo y cerró la puerta.
Quedamos solos en la pieza, con la puerta cerrada, una cama sin sábanas y todos sus amigos afuera, carreteando y sin intenciones de dormir en la misma pieza.
No podía echarla, así que me quité las zapatillas y me acosté. Ella hizo lo mismo. Se recostó a mi lado y sin pedir permiso me abrazó. No le negué el cariño. Era un simple cariño. Podía ser leído con una segunda intención, pero no había por qué.
“¿Tení sueño?” me preguntó.
“Sí” le dije, cerrando los ojos.
Fue en ese momento que el abrazo se convirtió en una caricia a mi oreja derecha. Suave y casi sabiendo como me gusta, comenzó a acariciarme el lóbulo de la oreja.
“¿Te gusta?”
“Es relajante” le contesté.
“¿Qué otras cosas te gustan?”
“Muchas cosas más. A todo el mundo le gustan muchas cosas”
“¿Si?” me preguntó y se acercó a besarme.
“Tenemos dos opciones. Cagamos toda la linda amistad que tenemos o hacemos como que nada pasó y seguimos tan amigos como éramos” le dije, esquivándole la boca.
“¿Qué quieres tú?” me preguntó.
“No quiero hacerte daño. No quiero hacerle daño a nadie” le respondí mirándola fijo a los ojos “Si te doy un beso ahora, te vas a confundir pensado que me gustas, y eso no es así. Yo no quiero que por culpa mía tengas que soportar una salsa en tu cabeza. Además que sabes bien que no quiero estar con nadie. Te lo dije desde un principio”
Se acercó nuevamente y tuve que correrme. Me tomó la cara y me la acercó hacia la de ella. Trató de fusionar sus labios con los míos, pero yo la mantenía a distancia. No había nada dentro de mí, ningún sentimiento, que generara las ganas de besarla. El problema era que había ido muy lejos viendo hasta donde podía llegar y ahora estaba atrapado por su sentimiento y la ebriedad de su cuerpo.
“¿Estás seguro que no quieres nada?” me preguntó, cambiando su tono de voz del modo conversación normal a sensual declaración.
“Totalmente. Tú no te mereces a un tipo que no te va a entregar nada. A parte, tú estás con Andrés. Él te ama y tú sólo estás confundida entre tu amor por él y lo que te hago sentir yo, que es nada comparado con lo que sientes por él”
Me miró desilusionada. Era casi obvio que de aquella noche quería sacar conclusiones o quedarse con un tipo que parecía mejor que el que la esperaba en casa. Pero no había nada. Mis leyes son leyes y las cumplo sin rendición. Primero yo por mucho tiempo es una idea radical. Conversaciones eternas o una noche en una cama no la iban a cambiar.
“Entonces seguimos como amigos” me dijo.
“Amigos. Buenos amigos. Es lo mejor. Él no se merece esto. Ha dado todo por ti y yo no se lo voy a quitar” le dije.
“Pero es que tú me confundiste mucho y no sé que hacer con eso” me dijo y atacó otra vez, pero buscó por otra puerta.
Se abalanzó sobre mí y rozó su cuerpo contra el mío. Me abrazo y se escabulló por mi cuello “¿Estás seguro?” me decía con la voz de una mujer a la que se le podía pedir hacer cualquier cosa. Me mordió la oreja y me la quité de encima con violencia.
“Estoy completamente seguro. Por favor, respeta mi decisión” le dije un tanto molesto.
Se sorprendió de sobremanera. Quizás no esperaba el rechazo. Quizás no esperaba que me negara a la invitación de querer apagar la sed de los cuerpos. No, no lo esperó en ningún momento. Supuso que seguiría con el calido juego y ambos terminaríamos desnudos en aquella pieza. Pero la realidad era otra.
“¿Estás seguro?” volvió a preguntar, sin embargo ahora el tono de su voz era el de una luchadora rendida.
Sólo asentí. Me di la media vuelta. No había más camas en aquel departamento. No había donde escapar. Sólo me quedó cerrar los ojos y tratar de conciliar el sueño.
Al otro día, ya en la pega, estaba en el lineal tratando de capear el aterrador cansancio que me envolvía. Las cuatro horas de descanso no habían servido. Fue cuando Andrés apareció entremedio de la gente. Venía con su característico caminar pausado y su mirada de niño inocente. Un estupido, pero un estupido con buen corazón.
“Si me llegan a poner el gorro más adelante, sé que no va a ser porque el karma me está castigando” fue lo único que pude pensar.
Woooow.!!!!! Sin palabras......*Realmente genial*
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