sábado, 1 de enero de 2011

Día 1: El Segundo Punto

Fue como morir. Porque dicen que cuando se está muriendo, la vida pasa al frente de uno como en un segundo. Mi vieja estaba dando las gracias por la comida y por haber estado juntos en la cena, las velas se movían en un lento y placentero vaivén y Elvys nos cantaba Love me no sé cuantito de fondo. Y todo el año pasó frente a mis ojos. No quería que me ocurriera, pero pasó. Entonces un tipo te pesca la garganta y te la apreta hasta que los ojos se te cristalizan, mientras que millones de sensaciones se mezclan en tu pecho y te obligan a querer gritar. Pero yo hacía como que escuchaba a mamá, mirando hacia otro lado para tratar de esconderme del momento.
"Mira las lucecitas del árbol de navidad" me decía Guzt "Mira las putas luces y así te olvidarás"
"Ni el árbol más grande del Universo podría hacer que olvide todo lo que pasó" le dije "Debemos estar un tanto agradecidos por el año que se va"
"Pero querí puro llorar po', güeón" se burló.
"Y vo igual" le dije.
"Maldito año" me esquivó.
Desde la noche del terremoto hasta la tarde en la pieza de Peliroja. Todo, con lujo de detalle. Como la mejor película de mi vida. Con efectos especiales y toda la parafernalia.
"Es sólo un cambio de día más" me dije por dentro "Sólo otro día más. Nada de sentimentalismo y güeás. Un año más. Habrán años más difíciles y tú melancolico por éste? Pfff. No seas bobo"
"Fue difícil" me dijo Dones "No te culpes por sentir lo que estás sintiendo. Es normal"
"Gracias" le sonreí "Necesito de ti este año que viene"
"Siempre estaré ahí" me dijo devolviendome la sonriza "Lo sabes muy bien"
"¿Sabes? Es más facil sonreír ahora" le dije y miré la mesa.
La carne tierna y jugosa estaba en el plato esperando. Mi garganta ya estaba deshabitada de penas y angusitas. Ya respiraba con facilidad. Respiro con facilidad. Y despertar en la mañana pensando sólo en ti y en nadie más es lo más tranquilizante que me puede estar pasando.
"¿Qué haré hoy?"
Estupida sonriza en mi rostro de estupido feliz. El año sólo tuvo la mala suerte de acorralar momentos negros. Ahora sólo estaba tranquilo, respirando un aire frío. 

Sonreir es más facil.

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