“Es una cuestión de lógica” decía Dones “Te tomaste dos años de soltería cuando estuviste con Alejandría, con la cual duraste nueve meses, y cuando duras dos años en una relación, no te das ni siquiera dos horas para estar solo”
“Sólo ocurrió” me defendí.
“Es que no debería haber ocurrido. Deberías haber seguido tu proceso para poder reestructurarte. No tenías sensibilidad. No tenías tacto. Dos años de relación, contando los últimos meses para el olvido, te dejaron sin nada. Pero tú te quisiste involucrar con la señorita Yyy y no hubo rango de tiempo de reconstrucción. Ahora, no debes pensar que es algo que todos necesitan, pero lamentablemente a la mayoría le ocurre igual. Todos necesitamos de un tiempo para poder pensar en uno y volver a encantarse de querer estar con otra persona”
“¿Pero como yo no me di el tiempo entre Joan y Belén?” preguntó Guzt “Y lo más bien que lo pasé”
“Pero es que vo erí un caliente de mierda” le dijo Dones.
“Hombre. Soy hombre. Tengo libido. Algo que tú no tienes”
El sensato se giró hacia mí, ignorando al inmaduro de Guzt.
“El problema es que te volviste a equivocar cuando, después de terminar con Yyy, empezaste a pololear con Xxx. Más acabado estabas. Y tres meses después del fin de la dolida y destructiva relación con ella, estando en tu punto más bajo, comenzaste una relación con Zzz. Entonces… ¿De qué estamos hablando?”
Dones, dueño de la palabra y la razón, hablaba de pies sobre una base indestructible y argumentos con un peligroso filo. Sin lugar a dudas había logrado elevarse y observar desde las alturas el problema, cosa que yo no había podido.
“¿Entonces?” le pregunté, entregado a su idea.
“Yyy nunca debería haber existido en el tiempo que existió. Deberías haber esperado. Xxx era la indicada, pero como lo tuyo con Yyy había terminado hace poco, tampoco debería haber existido. Y para qué vamos a hablar de Zzz. Ella recibió los escombros de Karev. En resumen, estas últimas tres relaciones no deberían haber existido en el tiempo que vivieron” decretó.
Sumido en el silencio y bajo la mirada de ambos, me quedé encajando la idea, que aunque lo negara, era totalmente cierta. Ignoré mis pasos y ahora estaba ahí, buscando la luz, esperando a que un milagro me quitara la angustia, la que se fue borrando a medida que entendí que era lo que venía ahora.
“Debo estar solo”
“Por un buen tiempo” me dijo Dones “Ni siquiera tienes las fuerzas para pensar en otra persona, entonces ¿Para qué imponerselo?”
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