Adiós Regimiento. Te dejo caminando. Al frente el horizonte plano y nebuloso me espera. No sé qué ocurrirá mañana. Tus brazos son protectores; nada me haría daño. ¿Pero es vida la vida sin sufrimiento? Me enseñaste a caminar solo, y te lo demuestro partiendo, dejándote atrás, silencioso y omnipotente. Me enseñaste lo que era el amor. Lo que era perderlo. Viví mis tiempos, mis procesos. Me dejaste hacer y deshacer. Saciaste mi hambre agresiva e imparable. Me mostraste que nada cambia, sólo se transforma para volver al origen. Me dijiste que no era malo. Sólo estaba herido. Necesitaba aprender. Me enseñaste, Regimiento y no sabes lo agradecido que estoy. Tus años me devolvieron la esencia. Me dejaron creer en mí.

Cuando vuelva, estarás orgulloso de mí.
Hoy, 31 de Julio, después de 3 años y medio, dejo Tottus Plaza Puente Alto 2, para embarcarme camino a la Central. Gracias a todos los que estuvieron en mis procesos. Nunca dejé de aprender y espero nunca dejar de hacerlo.
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