El reemplazante es un tipo de mirada sincera y sencilla. Me saludó fijándome una inquisitiva mirada, con un sutil apretón de manos, queriendo decir "Sé quién eres" Yo le sonreí disimulado, diciéndole "Yo sé también quién eres tú"
Durante la velada le clavé tres cuarto de mi mirada. Caballero se acerca. Delicado la toca. Sensual le dice algo al oído. Debería haber saltado sobre su cuello como el mejor ninja y debería haberle rebanado la yugular, tomar su cabeza y llevarla a la mesa, pero algo me detiene. El verla a ella me detiene. Casi un año después noto que la historia cambió y regreso atrás no hay. Ella es feliz. Él la hace feliz. Y eso me deja tranquilo.
Algunas historias terminan. Otras empiezan. Emilia se queda dormida en mi pecho.
Me llama tarde al celular. Se da trescientas mil vueltas para preguntarme "¿Hubo alguien?"
Con un dolor en el alma le digo "No. No vi a nadie"
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