jueves, 28 de julio de 2011

Día 82: No Puedo

No sé si escribir es un don o una habilidad. Si fuera un don, sería como un poder que nadie más tiene o algo así, y eso es una garrafal mentira. Si fuera una habilidad, sería rápido y claro para escribir lo que mi cabeza imagina todo el día, en todos los idiomas y en o con cualquier cosa. Eso también es falso. Me acuerdo que mi primer gran historia fue de un apocalipsis paulatino que llegó a la Tierra, en donde el protagonista era un cura entrenado para detener todo lo que iba suceder. Habían poseídos, sacerdotes asesinados, balas, sangre, vampiros y demonios. El final era que el mundo se salvaba y que nadie se acordaba de todo lo que había pasado. Tenía como dieciséis años en ese entonces. Pasó que se lo entregué a Dennisse, mi polola de esos tiempos, para que me lo editara. Después terminamos y cagué con el escrito. Quizás la güeá era una mierda de historia y por eso siempre tuvo como destino perderse. Después vino el Fotolog y los Fragmentos. Ahí subía relatos cortisimos, con una foto adoc(no sé si está bien escrita la palabra) a lo escrito. Eran buenos. La gente los comentaba. Paralelamente, también iba escribiendo proyectos personales. Fotolog pasó a la historia, derrotado por Facebook y por Blogger, y como un prisionero del sistema evolutivo de internet, pasé a ocupar Blog como medio de difusión de mi talento(humildemente). Pero como todo aficionado, escribía puras güeás también. Sin embargo, poco a poco fui puliendo la mano. Tenía memoria clara de las sensaciones que me invadían en determinadas situaciones y las escribía en las Entradas. Como también dejaba fluir toda mi imaginación estancada en mi gran cabeza para poder deleitar a mis amigos con historias irreales. Fue entonces cuando me ocurrió lo que me ocurre ahora. Un día no pude escribir más.

"Resonancia Magnética de mi Cerebro"
Dejo este escrito como explicación para ti que pasas por aquí. Tengo guardada una historia de siete capítulos, y la publicaré en dos días más. Luego de eso quizás no haya nada. Esta narración me da dos semanas para recuperarme. El punto es que no hay remedio. Sólo me pasa y no me puedo esforzar a escribir, porque así serían escritos que no son de mí. Serían forzados y ya tuve reclamo por uno.
Con ésta, son tres las veces que me ha ocurrido. Y no responden a ningún factor sentimental, climático o astronómico... sólo sucede.

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