Rita tuvo una reacción. Carmen la notó.
-Rita- la llamó.
La enfermera aún tendida en el piso, pareció despertar. Movió su cabeza con dificulta e intentó abrir los ojos, pero un dolor electrizante le partió la nunca. Volvió a quedarse inmóvil. Desde la penumbra aparecieron lentamente las figuras de Gabriel y Angelo. Sus rostros estaban enmudecidos y demacrados. Ambos miraban fijamente a Rita, quien aún no podía reaccionar bien.
-¿Sigue inconsciente?- preguntó el jefe de seguridad, con una voz arrollada por un tren.
-Sufrió un golpe en la cabeza. Fuerte. Le va a costar recomponerse. Ayúdenme a llevarla a una cama- dijo Carmen.
-La necesitamos despierta- continuó Gabriel, con su mirada fija en Rita, casi hipnotizado.
-¿Por qué? ¿Qué pasó?- preguntó Carmen comenzando a sentirse nerviosa. Recordaba el grito, recordaba a Angelo corriendo hacia la oscuridad, a Rita en el suelo y el lugar a oscuras. Algo malo pasaba; lo sentía.
Gabriel no fue capaz de articular palabra. Angelo notó que su jefe no hablaba, así que él lo hizo.
-Hay 4 niños... muertos en la capilla- dijo casi susurrando. Carmen se cubrió la boca de la impresión. Su mente instantáneamente recordó a su pequeño hijo, que a esas horas dormía en casa -Una niña en la sala de reposo dice que vio a Rita llevándose a los niños. Ella fue la última que los vio. Ella debe saber lo que pasó. Tiene que despertar- agregó el joven.
En eso Gabriel recordó que debían echarse a correr los procesos y los protocolos. Había que despertar a un par de personas. Se alejó del guardia y la enfermera, tomó su celular y marcó un número.
-Rita- la llamó.
La enfermera aún tendida en el piso, pareció despertar. Movió su cabeza con dificulta e intentó abrir los ojos, pero un dolor electrizante le partió la nunca. Volvió a quedarse inmóvil. Desde la penumbra aparecieron lentamente las figuras de Gabriel y Angelo. Sus rostros estaban enmudecidos y demacrados. Ambos miraban fijamente a Rita, quien aún no podía reaccionar bien.
-¿Sigue inconsciente?- preguntó el jefe de seguridad, con una voz arrollada por un tren.
-Sufrió un golpe en la cabeza. Fuerte. Le va a costar recomponerse. Ayúdenme a llevarla a una cama- dijo Carmen.
-La necesitamos despierta- continuó Gabriel, con su mirada fija en Rita, casi hipnotizado.
-¿Por qué? ¿Qué pasó?- preguntó Carmen comenzando a sentirse nerviosa. Recordaba el grito, recordaba a Angelo corriendo hacia la oscuridad, a Rita en el suelo y el lugar a oscuras. Algo malo pasaba; lo sentía.
Gabriel no fue capaz de articular palabra. Angelo notó que su jefe no hablaba, así que él lo hizo.
-Hay 4 niños... muertos en la capilla- dijo casi susurrando. Carmen se cubrió la boca de la impresión. Su mente instantáneamente recordó a su pequeño hijo, que a esas horas dormía en casa -Una niña en la sala de reposo dice que vio a Rita llevándose a los niños. Ella fue la última que los vio. Ella debe saber lo que pasó. Tiene que despertar- agregó el joven.
En eso Gabriel recordó que debían echarse a correr los procesos y los protocolos. Había que despertar a un par de personas. Se alejó del guardia y la enfermera, tomó su celular y marcó un número.