Cuarta Parte
Eduardo la había molestado las últimas dos semanas enteras, diciéndole que por favor se comportara el domingo que se celebraría el cumpleaños de Liz. Las primeras veces que se lo dijo, lo encontró injusto ya que él había sido el que había ocasionado el problema, pero de buena forma aceptó lo que su pololo le decía. El problema fue que la petición de buen comportamiento se repitió hasta los días previos a la celebración y eso la colapsó.
Eduardo la había molestado las últimas dos semanas enteras, diciéndole que por favor se comportara el domingo que se celebraría el cumpleaños de Liz. Las primeras veces que se lo dijo, lo encontró injusto ya que él había sido el que había ocasionado el problema, pero de buena forma aceptó lo que su pololo le decía. El problema fue que la petición de buen comportamiento se repitió hasta los días previos a la celebración y eso la colapsó.
Entonces Caroline decidió ir a la Andes para no perder la noche del feriado, a demás de querer olvidar el mal rato y quién sabe hasta podía vengarse por lo que su novio le había hecho.
Pero ese domingo ya no podía ser más inolvidable hasta el momento en que vio pasar el Mazda de Eder atravesar el estacionamiento de tierra que hay detrás de la disco hasta el borde en donde está el río. La Andes era una discoteque ubicada en la periferia de la comuna, cercana a un río. Sólo los bohemios con vehículo podían llegar allá.
“No puede ser” dijo al notar que de copiloto venía la mujer que de simple conocida y amiga de su pololo, se había convertido a archienemiga.
Sintiendo como la ira comenzaba a hacerle hervir los huesos y viendo como Eder se estacionaba como siempre al lado de la cuesta que daba al río, comenzó a caminar en dirección a ellos.
“No voy a esa cagá de carrete pa no encontrarme con vo y vengo llegando y te pillo acá” le dijo la exaltada Caroline a Emilia cuando ésta venía bajando del vehículo.
"Por la cresta" masculló Eder, al momento que emprendía una pequeña carrera desde la puerta del piloto para que la enfurecida polola de su mejor amigo no llegara a toparse con Emilia "Caroline, calmate. Venimos para acá para no encontrarnos contigo en la fiesta de Liz..." le explicó, obstaculizándole el paso.
"¿Andai arrancando de mí? ¿Ah? ¿Me tení miedo, cierto? Te andai escapando pa' no verme ¿Sabí por qué no eres capaz de dar la cara? Porque estás sucia. Eres una perra sucia, que no le importó nada y se metió con el amigo, sabiendo que estaba pololeando. Perra maraca..."
"¡Para!" le dijo Eder deteniendo su lacerante declaración con un zamarreo "Las cosas ya sucedieron. Es culpa de ellos dos y lo saben. Ya de nada sirve que tú se lo repitas en la cara. Bastante mal lo pasó Emilia para que continúen con las descalificaciones. Sabían a lo que iban y también sabían que los podían pillar y los pillaron. Ahora hay que seguir"
"Seguir... Pararse de nuevo... La vida continua. Hay miles de hombres en el mundo. Todos se esmeran por llenarse la boca con frases conformistas y tratar de calmarme para sentirse bien con ellos mismo con su papel de amigos. Pero yo lo único que quiero es al Edu de antes y olvidarme de que ustedes dos se revolcaron en la cama donde yo he dormido tres años" gritó Caroline, quebrándose en llanto.
Eder la tuvo que sostener.
"Perdoname" pudo soltar Emilia, al borde de las lágrimas.
"Agradece que esto no lo supo mi viejo. Con eso ya te perdoné la vida" dijo apuntandole con el dedo índice, aún más enrabiada "Pero yo... yo no puedo hacerlo" le dijo y se sacó a Eder del camino.
Emilia sólo vio cuando la tuvo encima, agarrada de sus pelos, gritandole garabatos y tratando de rasguñarle la cara. Se agachó para que sus uñas no encontraran su rostro, pensando en la entrevista que tenía al otro día. No quería dar explicaciones de el por qué de cicatrices por una estupida pelea. El problema era que la despechada mujer, que inutilmente la golpeaba, no la quería soltar. Así que para frenar la penosa escena en donde Caroline peleaba como una estupida, giró la cadera hacia la izquierda para tomar fuerzas y le lanzó un derechazo a la cara. La polola de Eduardo se desestabilizó, trastabilló desorientada y se tropezó con una piedra, cayendo cuesta abajo hacia el río sin poder evitarlo.
Emilia pudo ver como la muchacha daba tumbos contra la tierra y la roca, tratando de detener la alocada carrera que su cuerpo estaba dando, hasta que su nunca dio de lleno contra una roca y se dejó de mover...
Continuará...
"Por la cresta" masculló Eder, al momento que emprendía una pequeña carrera desde la puerta del piloto para que la enfurecida polola de su mejor amigo no llegara a toparse con Emilia "Caroline, calmate. Venimos para acá para no encontrarnos contigo en la fiesta de Liz..." le explicó, obstaculizándole el paso.
"¿Andai arrancando de mí? ¿Ah? ¿Me tení miedo, cierto? Te andai escapando pa' no verme ¿Sabí por qué no eres capaz de dar la cara? Porque estás sucia. Eres una perra sucia, que no le importó nada y se metió con el amigo, sabiendo que estaba pololeando. Perra maraca..."
"¡Para!" le dijo Eder deteniendo su lacerante declaración con un zamarreo "Las cosas ya sucedieron. Es culpa de ellos dos y lo saben. Ya de nada sirve que tú se lo repitas en la cara. Bastante mal lo pasó Emilia para que continúen con las descalificaciones. Sabían a lo que iban y también sabían que los podían pillar y los pillaron. Ahora hay que seguir"
"Seguir... Pararse de nuevo... La vida continua. Hay miles de hombres en el mundo. Todos se esmeran por llenarse la boca con frases conformistas y tratar de calmarme para sentirse bien con ellos mismo con su papel de amigos. Pero yo lo único que quiero es al Edu de antes y olvidarme de que ustedes dos se revolcaron en la cama donde yo he dormido tres años" gritó Caroline, quebrándose en llanto.
Eder la tuvo que sostener.
"Perdoname" pudo soltar Emilia, al borde de las lágrimas.
"Agradece que esto no lo supo mi viejo. Con eso ya te perdoné la vida" dijo apuntandole con el dedo índice, aún más enrabiada "Pero yo... yo no puedo hacerlo" le dijo y se sacó a Eder del camino.
Emilia sólo vio cuando la tuvo encima, agarrada de sus pelos, gritandole garabatos y tratando de rasguñarle la cara. Se agachó para que sus uñas no encontraran su rostro, pensando en la entrevista que tenía al otro día. No quería dar explicaciones de el por qué de cicatrices por una estupida pelea. El problema era que la despechada mujer, que inutilmente la golpeaba, no la quería soltar. Así que para frenar la penosa escena en donde Caroline peleaba como una estupida, giró la cadera hacia la izquierda para tomar fuerzas y le lanzó un derechazo a la cara. La polola de Eduardo se desestabilizó, trastabilló desorientada y se tropezó con una piedra, cayendo cuesta abajo hacia el río sin poder evitarlo.
Emilia pudo ver como la muchacha daba tumbos contra la tierra y la roca, tratando de detener la alocada carrera que su cuerpo estaba dando, hasta que su nunca dio de lleno contra una roca y se dejó de mover...
Continuará...
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