Eder observaba la casa atestada de gente. Emilia observaba la hora en su celular por hacer algo.
“No puedo entrar” le dijo.
“¿Estás segura? Es el cumpleaños de Liz. Si no llegamos, se enojará mucho” le dijo su amigo.
“Pero ahí adentro también está Eduardo y Caroline. A demás, estoy segura que el carrete entero sabe lo que pasó con el Edu” dijo un tanto arrepentida, acongojada “Anda a dejarme a mi casa”
“¿A tu casa?” le preguntó Eder extrañado “No te voy a dejar sola. Si querí podemos ir a la Andes, pero ni cagando me acuesto temprano hoy día. Mañana es feriado…”
“Pero mañana tengo que ir a dar la entrevista. Así que tampoco nos podemos entrar tan tarde” le interrumpió Emilia.
“¡Maldita entrevista! No puedo creer que tengai que ir a darla mañana”
“La ley no duerme” fraseó la joven.
Su amigo soltó una risa sarcastica.
“Mira, hagamos lo siguiente. Apaguemos los celulares. Vamos a la Andes un ratito. Y mañana le decimos a Liz que no pudimos venir porque te ayudé a preparar la entrevista para mañana. El próximo sábado carreteamos con ella. Nos curamos raja y listo. Se acabó. Si el enojo no le va a durar para siempre”
Emilia le despidió una mirada tierna a Eder. A veces no entendía de donde sacaba tanta bondad para con ella y siempre la cuidaba de todos los males del mundo y de su cabeza. En ese momento sintió aquella extraña sensación que la había abordado un par de veces, pero para no caer en trucos de su mente, no la tomó en cuenta.
“¿Tú no querí entrar?” le preguntó.
“Obvio que quiero entrar. Pero un carrete más, un carrete menos. Da lo mismo. A demás, no quiero que te acostí pensando güeás. Quiero que mañana llegues con la mente despejada a la entrevista, para que después seas una muy buena detective” le dijo su amigo.
“No te voy a revocar los partes” bromeó ella.
“Maraca culiá” le dijo él fingiendo estar enojado.
Emilia rió a carcajadas y luego volvió a sonreirle tiernamente.
“Ya, bueno. Vamos a la Andes”
“Así me gusta” le dijo Eder, encendiendo el motor de su Mazda...
Continuará...
No sé porque, pero siento un dejo de "tomé en cuenta tu comentario anterior" y cambiaste el estilo de habla de los personajes.
ResponderEliminarTodo fue más fácil de leer así, jajajajaja.
La única pifia (que probablemente sea como un tajo en la cara para ti el leerlo) es la palabra "además", que es toda junta.
PD: Cocoroca la cabra.