Me encontré atrapado en una vida clandestina, afirmado de un balcón, colgando la vista de una puesta de sol. Abrigué el cuello del frío costero y contemplé el silencio y la parsimonia. Qué lugar más hermoso, Dios Mío. A veces me dan ganas de que escenas así supieran lo que significan. Tener conciencia de que desde algún recóndito lugar, utilizado para dar vida a vidas ocultas, hay alguien afirmado de la baranda de un balcón, observando atónito y sin pestañear lo maravilloso del dibujo. Colores vivos de movimientos y otros toscos de misterios. Deberían saber que de alguna manera u otra construyen enlaces consigo mismos con personas que al sentirse tocados por esa chispa piensan que son un lugar que tienen algo de especial. Y poder agradecerles y que escuchen el agradecimiento y que aquel gesto los haga inmensamente felices y también que les de fuerzas para seguir dando sentido al camino de cientos de personas que tengan la fortuna o la casualidad de toparse con ellos.
De pronto me traslado mil quinientos kilómetros al norte. Estoy afirmado de una botella de cerveza. El sol pega fuerte en la cara. Estamos todos callados. La imagen nos dejó mudos. Al frente un mar tormentoso se manifiesta poderoso entre la costa y una isla. Jack, Isabella y yo observamos la isla. Entre medio se formaba una enlace. Viejo enlace.
Ahora otro se va conectando a mí. No sé porqué amo tanto al mar. Hace un año me habría ahogado en él. Pero hoy no. Hoy prefiero vivirlo y darle las gracias. En eso llega Emilia.
"Estoy lista. No te desesperes. Ya vamos a bajar a la playa" me dice.
Casi puedo ver como ese momento fue una manufactura de sus dedos e imaginación. Ella me regaló aquel instante. Sonríe con aquella luz en sus ojos. Nos escapamos, como lo venimos haciendo desde el principio, al sur del país. A cientos de kilómetros de casa. Pero no a lo ilegal y tampoco a lo clandestino. Ya no es necesario. Nos escapamos de nuestras vidas a esa que nos gusta vivir. En esa que nos sentimos libres. Esa en donde el cielo está un poco más cerca. Porque pronto vendrán procesos en donde la libertad será una puerta medio abierta. Pero ahí vamos a estar, para abrirla toda cuando se nos antoje.
Quedan pocas horas. Algunos procesos terminan. Otros comienzan. Buen viaje.